De mis años en Japón, hay dos conceptos que me marcaron profundamente: el Ikigai y el wabi-sabi.

Ambos conceptos están íntimamente ligados a WASACS.

Aunque de una forma muy resumida, podríamos decir que el ikigai es aquello que proporciona el sentido, la razón de ser. En WASACS, el ikigai es la piel que utilizamos, no sólo es de primera calidad seleccionada cuidadosamente de entre todas las partidas para obtener el mejor producto, sino que buscamos que sea de curtición vegetal.

De mis años en Japón, hay dos conceptos que me marcaron profundamente: el Ikigai y el wabi-sabi.

Ambos conceptos están íntimamente ligados a WASACS.

Aunque de una forma muy resumida, podríamos decir que el ikigai es aquello que proporciona el sentido, la razón de ser. En WASACS, el ikigai es la piel que utilizamos, no sólo es de primera calidad seleccionada cuidadosamente de entre todas las partidas para obtener el mejor producto, sino que buscamos que sea de curtición vegetal.

¿Qué significa que una piel haya sido curtida de forma vegetal?

Pues que ha sido tratada (o curtida) con taninos naturales, utilizando métodos ancestrales, no perjudiciales para el medio ambiente, pues carecen de productos químicos, como, por ejemplo, el cromo. De esta forma puede durar toda una vida, es biodegradable, y cuando deje de usarse podrá reconvertirse y reutilizarse en otras formas para seguir vivo. Este tipo de curtición resulta más costosa pues implica mayor destreza para tratar los cueros.

Además, esta ausencia de cromo le confiere un aspecto único, irregular, natural, aquí es donde entra en juego el segundo concepto, el Wabi-sabi, o la belleza de lo imperfecto, la piel de curtición vegetal se muestra tal y como es, en estado puro, con su pasado, con sus defectos, de ahí radica la belleza, y sobre todo la originalidad, cada piel será distinta. Y evolucionará con el tiempo. Al color original, con el paso de los años, con el sol, aceites y el agua, evolucionará con una tenue pátina color caramelo tan bonita y característica. Por este motivo, de una partida a otra de pieles pueden surgir sutiles diferencias de tonalidad en un mismo modelo.

Nuestras pieles evolucionan, como nuestro rostro, son “el mapa de la vida” que refleja las experiencias y vivencias, construyendo una belleza única en cada modelo, no habrá dos exactamente iguales.

Como reza el Wabi-sabi, hay que saber admirar la belleza de lo imperfecto y de la impermanencia.

¿Qué significa que una piel haya sido curtida de forma vegetal?

Pues que ha sido tratada (o curtida) con taninos naturales, utilizando métodos ancestrales, no perjudiciales para el medio ambiente, pues carecen de productos químicos, como, por ejemplo, el cromo. De esta forma puede durar toda una vida, es biodegradable, y cuando deje de usarse podrá reconvertirse y reutilizarse en otras formas para seguir vivo. Este tipo de curtición resulta más costosa pues implica mayor destreza para tratar los cueros.

Además, esta ausencia de cromo le confiere un aspecto único, irregular, natural, aquí es donde entra en juego el segundo concepto, el Wabi-sabi, o la belleza de lo imperfecto, la piel de curtición vegetal se muestra tal y como es, en estado puro, con su pasado, con sus defectos, de ahí radica la belleza, y sobre todo la originalidad, cada piel será distinta. Y evolucionará con el tiempo. Al color original, con el paso de los años, con el sol, aceites y el agua, evolucionará con una tenue pátina color caramelo tan bonita y característica. Por este motivo, de una partida a otra de pieles pueden surgir sutiles diferencias de tonalidad en un mismo modelo.

Nuestras pieles evolucionan, como nuestro rostro, son “el mapa de la vida” que refleja las experiencias y vivencias, construyendo una belleza única en cada modelo, no habrá dos exactamente iguales.

Como reza el Wabi-sabi, hay que saber admirar la belleza de lo imperfecto y de la impermanencia.

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